Dedicado a todas las mujeres que decidieron ser mejores cada día (Comparte con las mujeres de tu vida que merecen leerlo).
Todas tenemos esa amiga que es más que nada una hermana, con la que compartes lo bonito, lo no tan bonito.
Hoy conversábamos ella y yo, sobre nuestro recorrido como mujeres y lo orgullosas que ambas nos sentimos de cada una (más de veinte años de amistad). Ella y yo, a nuestra manera, con nuestro equipaje, hemos forjado la vida que conforma nuestro presente, que está lejos de ser perfecta, pero se asemeja mucho a lo que deseamos y para lo que nos hemos esforzado.
Muchos sólo ven los logros de algunos y los clasifican como golpes de suerte, sin saber el recorrido ni la determinación que requiere: el constante movimiento (no somos árboles) y la búsqueda incesante de mejorar.
Como Latinos nos enseñaron a “dejar los trapos sucios en la casa”, así que lo único que el mundo ve de nuestras vidas es “lo bonito”. No ven las ojeras porque para eso existe corrector (por suerte), no conocen la agenda de mil horas diarias para ser mamá luchona, fit, fashion y trend setter (todo eso es lo que nos vende la sociedad). Sin olvidar los 12 vasos de agua diaria, el colágeno en la mañana, el agua con dos tapitas de vinagre, las porciones diarias de fruta, las multi vitaminas porque ya faltan 5 pa los 40… sin dejar atrás sonreír porque claro amargarse arruga… y para qué seguir?
He llegado a la conclusión de que aquellos que señalan a quiénes desean triunfar o vivir lo más felices posibles lo hacen porque quizá cuesta mucho aceptar que la diferencia entre los que sí y los que no, ha sido la decisión de fajarse para alcanzar las metas, en vez de quedarse en la zona de comfort.
Hoy quiero que tú, que estás leyéndome sepas que no importa lo que digan los demás de tu presente, sólo tú y nadie más que tú conoces tu recorrido y que recuerdes que aquellos que hablan a tus espaldas sólo mandan un claro mensaje: tú vas adelante de ellos.
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