¿Qué tan importante es nuestra apariencia física? ¿Conoces qué tipo de cuerpo tienes?
Antes que te respondas a ti misma te quiero contar algo.
Esta soy yo hace doce años esbozando una sonrisa a medias.
Algunas etnias consideran que las fotos pueden robarte el alma, capturarla, por ende no permiten ser retratados. Y aquí estoy yo, contemplando un recuerdo que le hace loor a esta creencia parada frente a un templo en Jiujiang, Jiangxi (China).
En una etapa de mi adolescencia tuve desórdenes alimenticios que terminaron en un diagnóstico de bulimia. Por más cliché que suene me di cuenta de mi trastorno cuando vi una película que trataba del tema. Por fortuna fui tratada a tiempo, sin embargo estos trastornos dejan una voz que permanece en silencio, callada pero presente en tu mente. Esto dejó como secuela una distorsión de mi imagen corporal. Esta distorsión aún persiste y sale a flote en ocasiones, le pregunto a mis allegados a veces ¿Así es como me ves? No tengo trastorno en la alimentación, no estoy obsesionada con lo que como o no, simplemente a veces no logro verme como en realidad soy. Sólo quién lo ha vivido, lamentablemente, puede entenderlo. Es un monstruo latente que si no estás consciente puede volver a dominarte.
En este proceso de auto conciencia de mi imagen el apoyo de quiénes me rodean ha sido fundamental. Mi hermana siempre me decía y sigue diciendo “Ojalá pudiese prestarte mis ojos para que te veas como yo te veo”, estoy segura que no tiene idea del impacto de sus palabras pero no sólo han sido sanadoras sino fundamentales en mi crecimiento emocional con respecto a este tema.
Les cuento todo esto, porque al no tener consciencia de mis proporciones jamás en realidad supe como vestirme, al contrario utilizaba ropa inadecuada que no me favorecía, que yo sentía que tapaba “mis imperfecciones”. Toda mi niñez escuché frases como: “estas gordita”, “ay es que siempre has sido rellenita” y el impacto de las frases que le repetimos a alguien es inmensurable (de esto hablaremos después). Tristemente estas frases en su mayoría de veces son de familiares o personas que durante la niñez “deberían cuidarnos” no dañarnos.
El año pasado gracias a mi amiga Diana, quién es diseñadora de moda y experta en este tema, me enteré que mi cuerpo es reloj de arena… por muchos años pensé que no tenía cintura y me vestía acorde a esta auto percepción con t- shirts y pantalones anchos e inclusive con otro tipo de ropa sentía que me veía cuadrada. Si hubiese tenido una imagen clara de mí habría seleccionado ropa acorde a mi cuerpo impactando positivamente mi salud emocional, pero no fue así. Recuerdo que mi mamá me decía mil veces que usara otro tipo de ropa pero yo estaba convencida que eso no me favorecía, que me veía gorda con piezas ajustadas y ustedes saben como puede llegar a ser un adolescente terco.
Este proceso de aceptación inició hace muchos años y estoy convencida que nuestra salud emocional y psicológica está basada en un equilibrio entre mente, alma y cuerpo. Para mí es importante que descubras qué tipo de cuerpo tienes, no por vanidad o moda, sino por sentirte mejor contigo misma y para que no gastes dinero en piezas que no te pondrás porque no te sientes cómoda. Para que crees una consciencia de que quizá tienes una distorsión de tu imagen y no te ves como piensas, para que sanes y tu cuerpo sea el reflejo de esas heridas curadas, para que analices que quizá si sufres de sobrepeso existen razones emocionales que puedes trabajar y que como consecuencia positiva el sobrepeso desaparecerá porque ya no necesitarás llenar vacíos con comida o con otros excesos.