“La suerte” de ser organizado.
He perdido la cuenta de las veces que he escuchado frases como: “Fulanita ha tenido suerte, le va súper bien”, cuando la escucho me imagino que se refieren a que la persona anda con amuletos, se baña con aquellos frasquitos de colores que prometen fortuna…o no sé porque ¿cómo se nace con suerte? Quizá otorgamos a la suerte la responsabilidad de que a algunos les va mejor que a nosotros porqué de esta manera el peso no recae en nuestro equipaje. Lo cierto es que hay muchos factores determinantes y la suerte, a mi pensar, no es uno de ellos.
Las personas, vamos a llamarlas, “exitosas” tienen hábitos que aquellas “menos suertudas” no tienen y aquí vamos a hablar de uno esencial: La organización.
Como una mujer creativa que trabaja en el mundo del entretenimiento me jacté por años la boca diciendo que era de pensamiento divergente. Esta frase repetitiva se convirtió en una creencia y no una cualquiera sino en una creencia limitante. Una persona divergente está aquí y está allá, está cocinando pero está planeando una idea… en mi caso un video, el próximo artículo que voy a escribir…etc. Esto puede parecer una ventaja porque eres más que multitask pero se convierte en una desventaja cuando haces mucho y a la vez no haces nada. No te enfocas, no te concentras y por ende, no avanzas. Para mí esto último es un detonante de ansiedad garantizado porque he estado ocupada todo el día pero sin obtener resultados. Y es que hay una gran diferencia entre estar ocupada y ser productiva. Te imaginas todo el día andar como una loca “ocupada” para que llegue la noche y te des cuenta que pensaste y planeaste mucho pero al final no hiciste nada, ¡BOOOM! Catástrofe.
A pesar de ser muy creativa toda mi vida he tenido una cualidad… quizá medio compulsiva, pero que años después me di cuenta que no sólo es un hábito maravilloso sino que genera paz mental: ¡Ser organizado! Ojo que utilizo el verbo SER porque no es lo mismo a ESTAR organizado. Cuando eres organizado, es decir es parte de tu vida todo fluye mucho mejor.
Esto en gran parte se lo debo a mi mamá con quién salía de niña a hacer sus vueltas de trabajo y llevaba una agenda (a mano no habían apps que te avisaran nada). Yo AMABA ser la responsable de revisar “el itinerario” e ir tachando a medida que iba avanzando el día, era un sentimiento de satisfacción que aún prevalece, ya te cuento porqué.
Hoy día sé que psicológicamente tachar una tarea que estaba programada ejerce un efecto placebo en nuestro cerebro y para tu sorpresa, si no lo sabías, la angustia o estrés detrás de las cosas pendientes es real.
La psicóloga Bliuma Vúlfovna Zeigárnik en un supuesto viaje a Vienna observó como un camarero era capaz de recordar todos los pedidos pendientes que tenía, sin embargo presentaba dificultad con los que ya había entregado. A partir de esta observación inició varios estudios con ciertos grupos a los que se les brindaban varias tareas, de las cuales algunas eran interrumpidas, de ahí nace lo que se denomina “el efecto Zeigarnik”. Sí doñas, es real. El estrés que sentimos cuando vemos nuestra lista de pendientes sin tachar no es un invento, tiene nombre y apellido y es que nuestro cerebro se enfoca en esas tareas no terminadas y olvida rápidamente la sensación de satisfacción de las terminadas…al cerebro NO LE GUSTA QUE LO DEJEN A MEDIAS. Esto lo podemos trasladar a todos los planos de nuestra vida…¡aja! no estás loca, aquella relación, aquella conversación que no se dio o que no fue terminada y te sigue martillando en la cabeza ¿ya te queda claro por qué? Al cerebro le gustan los closures… los cierres…los finales. Sean felices o no, pero que termine.
Pero ¿Qué debemos hacer entonces para contrarrestar este efecto y no morir de ansiedad en el intento? ¿Qué tiene que ver todo esto con las personas exitosas? Es sencillo. Aquellas personas que se trazan metas y tareas semanalmente trabajan en base a objetivos claros y establecidos, es decir no andan a lo loco. Te repito, yo por años decía que no planeaba las cosas pero no hay nada más falso que eso. Me encanta que la vida me de buenas sorpresas pero soy una persona rutinaria A MORIR. Cada vez que viajo y vuelvo a la realidad ya estoy preparada para sentirme ansiosa porque tengo que retomar la rutina y siento que todo está en caos…mi casa, mi oficina, mis pendientes. Y menciono todo esto porque la organización no es sólo en un aspecto de nuestras vidas o equivale a llevar una lista de tareas, sino pregúntenle a Marie Kondo con su método ordenar la vida, ordenando la casa.
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