Comencé mi travesía por el mundo desde muy joven, en ese entonces algunos opinaban que era muy joven para enfrentarme con la realidad fuera de mi país (mi casa). Les demostré lo contrario y llevé mi equipaje por varios años mientras el mundo me sanaba haciendo más livianas mis cargas.
Durante mi embarazo la historia no cambió y continúe viajando con nuevos desafíos y cuidados que tomar en cuenta. Entonces para algunos viajar embarazada era muy riesgoso e igual les demostré lo contrario.
Al nacer mi hija, la historia tampoco cambió y desde pocos meses de nacida emprendió su primer viaje junto a mí y su papá, entonces…ya ustedes se imagen el resto. ¡Sí! los opinólogos (como les digo a los expertos en opinar sobre asuntos ajenos), consideraban que viajar con una bebe tan pequeña no era correcto, aja… también les demostré lo contrario.
Al crecer mi hija y ser más independiente, tipo 2 o 3 años, comencé a viajar sola. Consideraba que ya tenía suficiente edad como para quedarse unos días al cuidado de mi madre y ¿Adivinaron cierto?, los opinólogos pensaban que no era prudente que “dejara sola” a mi hija, cosa que no comprendo porque no se puede estar sola…estando acompañada.
Ahora mi hija tiene 8 años y se ha convertido en mi compañera número 1 de aventuras. Los opinólogos entonces preguntan si “nos vamos solitas” a lo cual respondo e insisto “es imposible estar sola si se está acompañada”. Yo estoy con ella y ella está conmigo, pero sé perfectamente a lo que se refieren. A las personas les parece imposible que una sola persona pueda viajar con su hijo y no sólo eso, disfrutar plenamente el viaje. Tenemos la percepción de que se necesita ayuda, de que las mujeres necesitamos a alguien que nos cargue las maletas, de muchas cosas que ya pasaron de moda.
Por eso los invito a descubrir lo que estos años viajando con mi hija me han enseñado. Recuerda suscribirte a nuestro canal de YouTube.